Bolívar en cuarentena

18.05.2020

Por: Luis Fernando Castillo Herrera


El Covid-19 que recorre el mundo mantiene en sobrecogimiento a la población, ya los medios informativos nos ilustran de la grave situación, las cifras de contagiados y fallecidos es suficiente para generar alarma e intentar en la medida de las posibilidades "quedarse en casa". El confinamiento ha servido para que las personas organicen y concluyan actividades pendientes, lean aquellos libros que compraron o con disciplina realicen rutinas de ejercicios. En nuestro caso, la cuarentena nos otorgó el tiempo suficiente para ver la tan polémica serie sobre la vida de Simón Bolívar.

La producción del canal colombiano Caracol que fue transmitida por Netflix, causó gran sensación y duras críticas durante el segundo semestre del año 2019. Para mí, entre las múltiples actividades diarias, los compromisos académicos y la ausencia del servicio que ofrece la empresa de entretenimiento estadounidense, nos impedía verla. La cuarentena y la casi celestial oportunidad de una cuenta Netflix abrió las posibilidades de apreciarla y contrastar con las observaciones que en distintos espacios escuchamos sobre "Bolívar. Una lucha admirable".

Luis Gerónimo Abreu y José Ramón Barreto fueron los encargados de vestirse de Libertador, uniéndose así al club de Edgar Ramírez y Roque Valero los últimos venezolanos en personificar al mantuano Simón. Por supuesto, no es la primera vez que observamos al héroe encarnado en la pantalla, recordamos alocadas personificaciones como "Bolívar soy yo", o en años recientes y con mucho más presupuesto el "Libertador", que contó con actuaciones brillantes, aunque el final donde aparentemente Bolívar termina fusilado agregó una tremenda discusión alrededor del film.

La serie no tenía como objetivo encantar a los académicos, no esperaba la aprobación de los estudiosos de la imagen de Bolívar, a todas luces, buscaba captar al incauto espectador que poco o nada sabe sobre El Libertador 

Mucho se debatió sobre lo inverosímil, desatinado y fuera de contexto de los hechos plasmados en la serie "Bolívar. Una lucha admirable". Caemos por supuesto en el debate infinito sobre la necesaria veracidad de las producciones cinematográficas que abrazan acontecimientos históricos. Realmente, una pieza destinada al cine o la televisión (y mucho más en medios como Netflix) en tiempos donde lo educativo es muy underground, tiene como objetivo principal vender un producto, por tanto, debe ser lo suficientemente atractivo para generar un nexo con el espectador. En este sentido, la serie jugó con los recursos que poseía, entretejió, modificó y forzó personajes para convertirlos en verdaderas piezas de una telenovela. Amor, odio, envidia, lujuria y venganza fueron los aderezos para enganchar a quienes deseaban atrapar. La serie no tenía como objetivo encantar a los académicos, no esperaba la aprobación de los estudiosos de la imagen de Bolívar, a todas luces, buscaba captar al incauto espectador que poco o nada sabe sobre El Libertador.

Mientras pasaban los capítulos, ya convencido que el asunto era un "bochinche" sin rigurosidad histórica, me iban surgiendo preguntas: ¿Cuál es nuestro temor, una construcción ficticia de Bolívar?, ¿puede un docente de bachillerato encontrar todos los errores de la serie?, ¿Netflix es culpable de nuestra ignorancia histórica? Así, capítulo tras capítulo, me percataba que no se había logrado atinar lo esencial de la crítica, es decir, el error no está en la serie, sino en nosotros mismos.

En primer lugar, nuestros maestros mal pagados y sin internet, seguramente nunca verán la serie, perdiéndose así una herramienta que pudiesen emplear, no como un recurso que hable por sí solo, más bien una oportunidad para que junto a sus estudiantes descubran, aprendan y le encuentren sentido a la Historia de Venezuela, porque sólo ella le dará las pistas necesarias para desmentir el material fílmico.

En segundo lugar, ¿existe realmente una diferencia sustancial entre lo que muestra la producción y lo que nuestros estudiantes de los liceos y colegios están aprendiendo? Basta con dar un breve vistazo por la llamada Colección Bicentenario para percatarnos de una visión fantástica, idílica y hasta falsificada de Bolívar. En tercer lugar, si el objetivo fuese analizar y estudiar la historia en lugar de intentar aprenderla desaforadamente, con fechas vacías, acontecimientos aislados, figuras solitarias sin conexión con la realidad política y económica que las envuelve, seguramente nuestras preocupaciones disminuirían, no se encenderían las alarmas por una miniserie incoherente, porque el ciudadano formado con lo esencial de la historia sabría comprender que aquello está fuera de la realidad y por tanto es comparable más con la película "Abraham Lincoln: cazador de vampiros" que con un libro de historia.

La cuarentena por el covid-19 continúa, queda de nosotros tratar de hacerlo de la mejor forma, si existe la posibilidad en medio de los apagones frecuentes, la frágil conexión del internet y una no menos celestial cuenta Netflix, recomiendo la serie "Bolívar. Una lucha admirable", no porque ella sea una excelsa producción, sino todo lo contrario, ella nos llevará de una manera muy particular por el sendero de la historia, eso sí, tengan cerca de ustedes libros como: "El culto a Bolívar" de Germán Carrera Damas, "El último Marqués" de Inés Quintero, "La épica del desencanto" de Tomás Straka y si no es mucho pedir "El divino Bolívar" de Elías Pino Iturrieta, además una profunda capacidad para dudar y comprobar cada escena, cada parlamento y cada hito histórico expuesto en la serie. 

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