Visiones de la historia universal

05.07.2020

Por: Richard Orlando López Álvarez


"...que ciertas cuestiones no pueden tratarse si no es tejiendo mitos en torno a ellas" José Ferrater Mora



Hay una discusión que está propiamente fuera de los acontecimientos históricos pero no de la historia. Mas pudiéramos afirmar que la preocupación trasciende lo epistemológico y entra en el escabroso, inmutable, perfecto, eterno, infinito mundo de la ontología. Cosa que, por demás, a los ojos de quienes viven de hacer historia suelen ser de naturaleza odiosa, por aquello de que la contención de la musa Clío es inductiva. La pregunta del ser es de vieja data y en la medida en que las ciencias han ido mostrándose en el mundo, la densidad de las existencias se ha incrementado, no solo por ser ciencias sino por ser cosas. Lo cierto es que, paradójicamente, por una cuestión de contingencia San Agustín, Vico, Voltaire y Hegel terminaron en mis manos. José Ferrater Mora. Cuatro Visiones de la Historia Universal. Madrid, Historia Alianza Editorial, 2006.

Ferrater Mora comienza con una advertencia perfectamente válida, por dos razones fundamentales: primero, aunque no necesariamente, va dirigido a quienes tienen de ocupación develar los hechos en clave pretérito; segundo, en un mundo donde el "Dios ha Muerto" de la Gaya Ciencia del filósofo de Basilea es el referente de la verdad cuestionada, si es que en verdad de verdad se puede hablar. Vale dejar por sentado que la filosofía es en verdad filosofías, que no hay una versión monolítica de la voluntad del inquirir y del afirmar. Además que no solo la dicotomía de bandos enfrentados entre especuladores y analíticos es cierta, sino que esa versión maniquea tiene sus contrastes.

Mora confiesa un pecado que todos conocemos a voces, sus Cuatro Visiones de la Historia Universal responden a cuatro autores que él maneja y se identifica. Mora es el filósofo de la ontología, su vasta obra así lo delata.

Ahora bien, ¿por qué visiones y no filosofías? Comencemos por la segunda, entendida como un sistema explicativo del mundo limitados a una ciertas categorías (Kant, Descartes, Platón...), debo confesar que el autor no da muchas luces sobre ello. Con respecto a la primera, las visiones dejan entrever una cosmovisión más amplia del asunto que pueden estar contenidas en diversas posiciones filosóficas "...Bossuet puede encajar dentro del cuadro de la de San Agustín; la de Marx puede insertarse (...) en el cuadro de la de Hegel..." Un filósofo analítico se daría un banquete echando mano de los diagramas de Venn.

Ahora, ¿Qué sostiene el discurso del texto de José Ferrater Mora? Dos preguntas: inicialmente cuál es la razón de ser de la historia? y; por último, ¿cuál es la finalidad de la misma? 

La cosa es que, develado el misterio de los cuatro autores, quedaba por resolver por qué la cosa espacialmente termina en Europa. ¡Eurocentrismo! Gritarían los decolonialistas. Pero Ferrater Mora resuelve la cuestión con un manejo más histórico-historiográfico que filosófico, nada novedoso pero sí eficaz, porque de esos argumentos unos cuantos bosques han sido talados. No hay en el oriente, por lo menos hasta estos autores una visión histórica del mundo. Los griegos quedaron limitados a la ciudad estado, los otros eran cosas difusas sin sentido alguno. Con el hebraísmo y cristianismo los acontecimientos adquieren un sentido universal en función de un telos donde todos los actores tienen un papel que cumplir.

Ahora, ¿Qué sostiene el discurso del texto de José Ferrater Mora? Dos preguntas: inicialmente cuál es la razón de ser de la historia? y; por último, ¿cuál es la finalidad de la misma?

Todos comulgan, en esencia con la idea de una ley de la historia universal de la cual se desprende la "realidad plena". La razón de ser de la historia es la naturaleza que el hombre debe en el mundo material develar. En la pregunta por la ilustración, Kant pudiera servir de ejemplo para ampliar lo expuesto por Ferrater Mora según sus cuatro autores.

Con respecto a la finalidad de la historia, el autor se preocupa por explicar cómo San Agustín, Voltaire, Vico y Hegel intentan casar lo permanente con lo impermanente, lo temporal con lo intemporal. El sentido de la historia no se queda en lo etéreo, no es la versión platónica que desprecia el mundo sensible por una realidad ideal. Mora hace énfasis en ello y deja ver que la realidad material del hombre no es un asunto sartreano, no es el hombre arrojado a la nada. La existencia humana en sus relaciones sociales está predeterminada por una verdad que tiene que develar, el accidente de las existencias es, en definitiva, la historia.

En conclusión, no hay fin si no hay historia.


© 2020 CIHMBI, Av. José Antonio Páez. El Paraíso, Caracas-Venezuela.  Zona, Postal 1021, Torre Docente, Ambiente 802-A, Teléfono: (0212) 915-83-69, centromariobriceno8@gmail.com
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar